Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.
Francisco de Quevedo: Fragmento del poema «Amor constante más allá de la muerte».
A lo largo de la historia, son muchos los que han visto erotismo en la muerte. Al margen de la obvia práctica de la necrofilia, sin ir más lejos, los franceses utilizan la expresión «La petite mort» para referirse al orgasmo.
Aún así, no deja de resultar chocante la relación entre uno de los placeres más esenciales del ser humano (el sexo), con lo que, en definitiva, no deja de ser el fin de la vida corpórea (¿hay otro tipo de vida?).
Estas fotografías eróticas de principios de siglo XX muestran esta relación de una forma, cuanto menos, bizarra (polémicas con esta palabra, a parte).
Todavía más sorprendente resulta la siguiente serie de 1906 titulada «Death and the Lady«, del fotógrafo Joseph Hall, donde inmortalizó un vodevil en el que se pretendía personificar el alcohol, como si fuera la muerte, convertida en una especie de amante o pareja nada recomendable: